lunes, 13 de agosto de 2007

Opción pirata



“Una persona no puede conseguir algo sin perder algo a cambio. Para crear una cosa, debes pagar con algo del mismo valor. Es la ley de los estados equivalente”. Full Metal Alchemist.

Hace meses que comenzó el nuevo sistema de transporte en Santiago y aún existen serios y grandes problemas. Uno de los principales es la escasez de micros que circulan diariamente en la capital, sobre todo en las horas peak y después de las once de la noche, que simplemente ya no pasan, provocando varios dolores de cabeza a los santiaguinos.

Por este motivo, los pasajeros que tienen que viajar de noche, no tienen más remedio que optar por tomar las conocidas “micros piratas”, algo que se ha hecho común últimamente. Resulta ser el único medio de transporte, sin incluir el taxi, que te asegure llegar a una hora prudente a la casa sin esperar horas en un paradero, cosa que es imposible con este clima tan frío.

Los pasajeros de estas “micros piratas” no ven otra alternativa al tomarla, no piensan en el riesgo que pueden tener al subirse, pero su afán de llegar a su hogar es más grande y sólo se ven con la obligación de pagar una suma cerca de cuatrocientos pesos.

El fin de semana anterior, logré subirme a una. Eran cerca de las cinco de la mañana y nos encontramos alrededor de treinta personas, no dudamos en pagar y subirnos rápidamente para no seguir esperando en el frío y con el temor de ser asaltados.

Me llamó la atención el chofer porque bastante joven se veía, logré preguntarle la edad y sólo tenía 17 años, peor aún resultó el hecho de no tener licencia de conducir. Varias personas escucharon mientras el decía eso, pero a nadie le afectó. Pienso que sólo querían llegar luego a sus hogares, sin importar las consecuencias que esto podría tener si es que ocurriese alguna desgracia. Nadie pagaría el daño porque no tienen seguro.

Estos recorridos se han vuelto costumbre en la noche, siendo uno de los más importantes el que circula desde Plaza Italia a Maipú. Se puede notar en la semana y sobre todo los fines de semana porque no aparece ningún Transantiago o su espera es interminable.

En el fin de semana el paradero se llena de jóvenes que salen de las fiestas, esto produce que lanzas salgan a robar sin piedad y a la vista de todos, provocando el temor de los que esperan una micro. Por esto, a pesar de todos sus contra benefician a cientos de pasajeros que no tienen locomoción, el hecho de que pasen pocas, no pasen o estén llenas cuando se necesiten, no dejan otra alternativa que pagar una “micro pirata” que tantos alivios nos han dado.

1 comentario:

Alfredo Sepúlveda dijo...

Ok, tienes una historia hasta el momento. En lo que hay que trabajar ahora es en hacerla más periodística. Fíjate que lo mejor lo dejaste para el final, y en el comienzo tienes puras declaraciones sobre Transantiago que todo el mundo ya conoce. Otra cosa importante es que la gente que entrevistas debe ser, en lo posible, identificada con nombre y apellido.